domingo, 14 de febrero de 2010

Tartesos

Introducción

el tesoro de los tartesos
Tesoro de los tartesos
Hace casi 3.000 años existió en Andalucía una civilización conocida por los griegos como tartessos igual que el río que lo atravesaba que luego los romanos lo llamaron Betis y los árabes Guadalquivir. Lo que llevó a estudiar esta civilización fue el descubrimiento del tesoro de Aliseda y el tesoro del Carambolo.


Se cree que se desarrolló con la llegada de los fenicios entre los siglos lX y Vll A.C. en el triángulo formado por Huelva, Sevilla y Cádiz en la costa suroeste de la península Ibérica.


Historiografía

Dejando de lado la problemática que identifica a Tartesos con la Tarsis bíblica (vía que, por el momento, parece descartada), el testimonio más antiguo que las fuentes griegas ofrecen sobre Tartesos proceden del poeta Estesícoro de Himera, que vivió entre los siglos VII y VI a.C. El vate heleno manejó, sin duda, tanto los testimonios de Plinio el Viejo como la monumental Theogonia de Hesíodo, en la que Tartesos aparecía como un río cercano a Erytheia, una de las tres islas en las que, en la época, estaba dividida la ciudad de Cádiz. La localización de Tartesos como un río (el Guadalete o, quizá, el Guadalquivir) queda avalada por la opinión del más famoso geógrafo griego: Estrabón, que también se pronunció en la misma dirección. No ha faltado tampoco quien ha identificado al río Tartesos con el río Tinto, debido a la riqueza de sustancias minerales que éste transportaba (y aún lo hace) y que, en este sentido, daría un argumento lógico a la proverbial riqueza tartésica.



Golfo Tartésico (Sevilla)
Fue Hecateo de Mileto (ss. VI-V a.C.) el primero en hablar de Tartesos como un país, dejándolo a la misma altura que Etruria o Iberia; Heródoto, el Padre de la Historia, duda en aplicar a Tartesos el calificativo de chora ('chora', "país") o emporion ('emporion', "lugar de mercado"), añadiendo más confusión al término. El primero en hablar de Tartesos como una polis ('polis', "ciudad") fue Éforo, pero ya en el siglo IV a.C., con lo que su testimonio tardío ha de verse con ligeras suspicacias; de igual modo sucede con el poeta Festo Avieno y su obra Ora Maritima, cuyos testimonios fueron esgrimidos por Schulten para otorgar a Tartesos el status de ciudad. Hoy día, los hallazgos arqueológicos y las investigaciones modernas se muestran bastante contrarios a dicha definición, manteniendo que Tartesos fue, más que una ciudad, una compleja y rica cultura que, por las evidencias arqueológicas, obtuvo un óptimo desarrollo económico en toda la Baja Andalucía. El que hubiera una capital, un centro, de dicha cultura queda, pues, a la espera de posteriores descubrimientos arqueológicos.


Lengua y escritura de los Tartesos

Alfabeto de los tartesos
La escritura tartésica, también conocida como del sudoeste (sudoccidental) de la península ibérica y como sudlusitana, es una muy similar, tanto por la forma de los signos como por el valor que los signos representan, a la escritura ibérica suroriental, pero a diferencia de ésta, que expresa lengua ibérica, la escritura tartésica expresa una que no ha podido aún ser relacionada con ninguna otra. Sobre el origen de las escrituras paleo-hispánicas no hay consenso: para algunos investigadores su origen está directa y únicamente vinculado al alfabeto fenicio, mientras que para otros en su creación también habría influido el alfabeto griego.



Alfabeto de los tartesos en una piedra
A diferencia de las otras escrituras paleohispánicas, esta escritura y la lengua que expresa no tienen una denominación consensuada. La denominación más neutra es la de escritura del sudoeste de la península ibérica, puesto que solo hace referencia a la localización geográfica de las inscripciones que usan esta escritura en el cuadrante sudoccidental de la península ibérica. Pero la denominación más popular es la de escritura tartésica, aunque no es una denominación precisa, puesto que las inscripciones que usan esta escritura solo aparecen marginalmente en el territorio en el que las fuentes clásicas sitúan el reino de Tartesos y en cambio se concentran en el territorio que las fuentes clásicas atribuyen a los . Una tercera denominación es escritura sudlusitana, que hace referencia a su posición geográfica relativa respecto del territorio de los teusitanos

Alfabeto de los tartesos  pasado a papel
Con la excepción del alfabeto greco-ibérico, el resto de escrituras paleo-hispánicas comparten una característica tipológica distintiva: presentan signos con valor silábico para las oclusivas y signos con valor alfabético para el resto de consonantes y vocales . Desde el punto de vista de la clasificación de los sistemas de escrituras no son alfabetos ni silabarios, sino escrituras mixtas que se identifican normalmente como semi-silabarios. La particularidad de la escritura tartesia es la sistemática redundancia vocálica de los signos silábicos, fenómeno que en las otras escrituras paleo-hispánicas es residual. Algunos investigadores consideran esta escritura como un semi-silabario redundante, mientras que otros las consideran un alfabeto redundante. El fenómeno de la redundancia vocálica de los signos silábicos fue descubierto por Ulrich Schmoll y permite clasificar la mayor parte de los signos de esta escritura en silábicos, vocálicos y consonánticos. Aun así, su desciframiento aun no se puede dar por cerrado, puesto que no hay consenso entre los diferentes investigadores que han hecho propuestas concretas.



península IbéricaEsta escritura se escribe muy mayoritariamente de derecha a izquierda y su ámbito de uso es el cuadrante sudoccidental de la Península Ibérica: fundamentalmente en el Algarve y en el bajo Alentejo y residualmente en Andalucía occidental y Extremadura. Prácticamente el único soporte sobre el que aparece son grandes losas de piedra, cerca de un centenar. El tipo de soporte y el hecho que prácticamente todas han aparecido fuera de contexto, impide precisar excesivamente su cronología, aunque por los escasos ejemplares que presentan alguna restricción cronológica parece que deberían de ser del s. V a. C. o anteriores. Aun así, tradicionalmente se les atribuye una antigüedad que las podría hacer remontar hasta el s. VII a. C., hipótesis que de confirmarse la convertiría en la escritura paleo-hispánica más antigua.


Sistema de gobierno

Su forma de gobierno era el imperio y tenían leyes estrictas en tablas de bronce desde tiempos inmemoriales. Eran monarquías como las del resto del Mediterráneo con una sede en una ciudad desde al que controlaba todo el territorio. Los fenicios propiciaron que toda la concentración del poder fuera sobre un rey, ya que de esa manera les resultaba más fácil establecer intercambios comerciales. Se puede dividir la monarquía de Tartessos en dos grandes grupos: los reyes mitológicos y los reyes históricos
Reyes mitológicos

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pinturas de los tartesos en un jarrón

Gerión: Primer rey mitológico de Tartessos. Según la leyenda, era un gigante tricéfalo, o al menos con tres cuerpos, que pastoreaba sus grandes manadas de bueyes a las orillas del Guadalquivir. El mito dice que una de las doce pruebas de Heracles era el robo de los bueyes de Gerión. También dice la leyenda que Gerión era el gigante mítico que mató Heracles y sobre el que construyó la Torre de Hércules, en La Coruña.

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Norax: Nieto de Gerión e hijo de Erytheiae, conquistó el sur de Cerdeña donde fundó la ciudad de Nora.

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Gárgoris: Primer rey de la segunda dinastía mitológica tartésica, rey de los curetes. Inventó la apicultura y el comercio.

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Habis: Hijo bastardo de Gárgoris no reconocido, escapó de la muerte ordenada por su padre viviendo entre las bestias. Fue amamantado por una cierva hasta hacerse un hombre y ser después reconocido por su padre. Descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases y prohibió el trabajo a los nobles. Bajo su reinado se establece un sistema social en que unos pocos viven a costa del trabajo y la miseria de una mayoría pobre. Cuentan que dividió el reino en siete ciudades.

Sobre estos dos últimos monarcas se escribió la Tragicomedia de Gárgoris y Habis que menciona un sistema social basado en la explotación del hombre por el hombre, nacido tras el descubrimiento de la agricultura. Se trata de personajes mitológicos, cuya existencia real es tan dudosa como la de Heracles.

Reyes históricos
Argantonio
Argantonio: es el único rey del que se tienen referencias históricas. Se sabe que fue el último rey de Tartessos. Vivió 120 años. Heródoto: aunque algunos historiadores piensan que puedan referirse a varios reyes conocidos por el mismo nombre. También dice que su reinado duró 80 años, desde el 630 a. C. al 580 a. C. Propició el comercio con los griegos foceos durante 40 años, que crearon varias colonias costeras durante su reinado.


Economía

En la economía de los tartessos fue muy importante la agricultura la ganadería y la pesca aunque lo que les daba más riquezas fue el comercio de metales como el oro la plata y el estaño, sobretodo la plata que la utilizaban para hacer las monedas.


El comercio fue la base de su economía, y, a cambio de los metales recibieron joyas, telas y otros productos. Este trueque fue muy importante porque facilitó el intercambio de aspectos culturales y religiosos.Tambien se especializaron en cultivo de cereales, usando las técnicas importadas de los fenicios, sin olvidar las huertas y los frutales.


Religión

Hay muy pocos datos pero se supone que al igual que el resto de los pueblos del Mediterráneo, era también una religión politeísta(creencia en más de un dios)


Sociedad

Monarquía autoritaria, donde la mayoría de la población se encontraba trabajando en minas, la ganadería o el campo. Las élites no tenían poder sobre estas gentes, pero sí sobre su trabajo. Las clases superiores se asentaban en un poder militar, como se puede observar en algunas necrópolis, donde los ajuares más ricos lo tienen tumbas con estelas con armas guerreras. La sociedad estaba dividida en varias clases sociales: príncipes, sacerdotes, comerciantes, hombres libres (campesinos, artesanos, comerciantes, marineros) y esclavos.


La mayoría de la población trabajaba en minas, en la ganadería, o en la agricultura. Las clases nobles solían estar asociadas al poder militar como anteriormente hemos mencionedo.



El final de los tartesos

El comercio era fundamental y su principal fuente de economía, pero cuando este cayó, hubo un declive de las ciudades y por ello fueron abandonadas casi por completo.


La presión asiria interrumpió el comercio con los fenicios y ya que tenían dificultad para comerciar con los metales con los fenicios intentaron hacerlo con los griegos pero también se interrumpe porque Cartago quiere hacerse con dueña del comercio, aunque tenían rivales, los griegos que impedían todo el comercio en la zona del estrecho. Esta pérdida de interés dará sentido al desarrollo da la cultura continuadora de los tartesos:la cultura Turdetana.


Tartesos y el mito de la Atlántida

Las leyendas y mitos relacionados con el antiguo reino andaluz no cesaron siquiera cuando la brillante civilización comenzó su decadencia. El primero en formular la identificación entre la Atlántida y Tartesos fue, de nuevo, Adolf Schulten, basándose en las semejanzas que el emplazamiento de Tartesos (o al menos donde él creyó que estaba) tenía con la descripción mitológica que Platón escribió en su obra Critias. Ciertamente, Gadeirike, donde dice Platón que se produjo la catástrofe, evoca en su raíz filológica al Gadir (Cádiz) fundado por los fenicios, aparte de situarla en las cercanías de las columnas de Hércules. Ciertamente, la descripción cultural del modo de vida, sociedad, tradiciones y gobierno del texto platónico también encaja a la perfección con el mundo tartésico que se ha descrito en estas líneas. Con todo ello, la explicación dada al mundo (filosófico, principalmente) del mito de la Atlántida es clara, y no se trata nada más que de otro topoi, el de la abundancia que presagia la catástrofe. Separando la dualidad mítica Atlántida-geológica (situada en América y que se hundió en los tiempos protohistóricos) y la Atlántida-geográfica y cultural, Tartesos, histórica y mitológicamente, guarda gran similitud con las explicaciones escritas dadas por Platón acerca de la posibilidad de que una civilización pre-indoeuropea sobreviviese en Europa hasta épocas muy avanzadas. Historia, mito y tradiciones ocultas tienen una parada habitual en este fabuloso Tartesos, tan fascinante para los lectores actuales como lo fue para sus contemporáneos europeos.

5 comentarios:

  1. todo es muy completo

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  2. esta muy muy bien me ha servido muchisimo para un trabajo muchisimas gracias

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  3. muy bueno me ha servido gracias

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  4. De nada a todos, os agradezco vuestros comentarios. Sin embargo y como siempre digo, podéis dejar el email o un nombre.

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